Nuestra actividad pretende abrir la posibilidad de que cada participante desarrolle una espiritualidad percibida individualmente y que esté en armonía con su desarrollo personal.
Formamos parte de una red internacional en la que formadores y participantes proceden de diferentes entornos culturales, religiosos y espirituales. En los eventos más grandes, a menudo damos la bienvenida a participantes de más de 15 naciones de tres continentes, que representan una amplia gama de creencias religiosas y culturales, aunque mayoritariamente estamos dominados numéricamente por hombres europeos de piel blanca y de trasfondo predominantemente cristiano.
Una comunidad verdaderamente global
En total, hemos acogido a participantes y formadores de más de 40 naciones de todos los continentes. Proceden de diversas tradiciones religioso-culturales, incluidos cristianos de las principales corrientes del catolicismo, el protestantismo y la ortodoxia, así como judíos asquenazíes, sefardíes, yemeníes y mizrachi. También están representados musulmanes suníes y chiíes, así como seguidores del budismo hinayana, mahayana y vajrayana. Además, se incluyen hindúes de diversas corrientes como el visnuismo, el shaivismo y el shaktismo. Además, forman parte de nuestra comunidad descendientes de nativos americanos con creencias basadas en la naturaleza, así como occidentales que crecieron de forma tradicional y ahora combinan diferentes prácticas espirituales.
Respeto e inclusión en nuestras prácticas
Para poder disfrutar de nuestros talleres, retiros y rituales en un ambiente pacífico y armonioso, ponemos gran énfasis en respetar las diferentes creencias espirituales de nuestros participantes. Cuando nuestros formadores realizan rituales espirituales sagrados de tradiciones específicas, se hace como una ofrenda para explorar y experimentar algo fundamentalmente nuevo. Somos independientes de las instituciones religiosas, vivimos y enseñamos sin un principio de gurú, y no pretendemos hacer proselitismo de nadie en modo alguno.